Cuando los pájaros vuelan además de guiarse por las ondas de vientos van utilizando algo como un sensor/GPS interno para orientarse.
También nosotros tenemos incorporado un pequeño GPS con funciones complejas que nos ayudan a orientarnos en el espacio visuotemporal, en nuestro día a día, en reconocernos a nosotros en relación a un entorno o a otros.
Esto es así en el mundo externo, en los espacios físicos, y también en los espacios internos, aquellos lugares donde surgen las preguntas sobre: ¿quiénes somos?, ¿qué queremos?, ¿hacia dónde queremos ir?
Por eso en Orientación Vocacional Ocupacional nos ocupamos de esos dos mundos, de esas variantes que nos orientan.
Desde la mirada de “líneas” la orientación vocacional ocupacional no es una simple toma de test. La búsqueda de la claridad se da en el desarrollo de un proceso, desde una mirada hacia nosotros mismos, de autoconocimiento, del aprendizaje y del contexto; en el que nos encontramos en un momento dado como estudiantes o en cualquier etapa de la vida, que nos permite armar un proyecto. Donde se encuentra uno en un espacio y donde se van armando las líneas que orientan para descubrir y tomar una decisión acerca de qué quiero hacer, hacia dónde me quiero dirigir.
¿Cuándo podemos hacerlo?
En cualquier momento de nuestra vida. La decisión de seguir una carrera académica, el cambio de carrera, el inicio al mundo laboral, el cambio de espacio profesional, todas esas situaciones proponen un desafío en el sentido de la orientación.
Los procesos de orientación son personales, responden a los tiempos de cada GPS interno, utilizan las herramientas que cada uno tiene, brindan claridad en torno al sentido que cada consultante descubre. Es una construcción que, a veces, es simplemente para saber hacia dónde no se quiere ir… y desde ahí… con tiempo… reiniciar el camino